30.9.09

Siles

(Día 264)
La Paz.- No es el primer clásico que veo, creo que es el cuarto ya, pero sí es el primero que estoy en el terreno de juego. Para el primero pagué, el resto con credencial. El segundo en las gradas, el tercero desde la cabina de prensa.
Pero vivirlo desde el césped, pisando el mismo verde que los jugadores que serán aclamados por más de 40.000 personas, es algo indescriptible.
Semifinal del Clausura (todavía no me acostumbro a todos los sistemas de competición de la temporada), partido de vuelta. The Strongest tiene que ganar por una diferencia de dos goles, Bolívar con un empate le basta tras el 1-2 de la ida.
Martín, atigrado, se come las uñas antes, durante, y después del partido. Ríe cuando fallan los celestes; maldice cuando es el Tigre el que no acierta las numerosas ocasiones de gol.
Cuando más reniega es cuando el árbitro expulsa a dos de The Strongest. Lo ve muy mal, y más después del primer gol de Bolívar. Pero empata el Tigre, con uno menos, y la sonrisa vuelve a su cara. A pesar de que tiene la cámara de fotos en la mano, no sabe qué hacer, por donde moverse, si colocarse la gorra de un lado o del otro para que le dé suerte.
A falta de cinco minutos para que concluya el partido, y con todo vendido, salimos del Hernando Siles para evitar el atasco. Justo cruzamos la puerta, y se oye a la hinchada de Bolívar cantar el segundo. Martín ya no habla, quizá porque no se le oiría entre el ruido de los seguidores de la Academia y los petardos.
Sólo tiene el consuelo de que mereció más. Pero, como dicen los ilustrados futbolistas, lo importante es que el balón entre en la portería. Y, esta vez, la puntería fue de los brasileños de Bolívar.
Creo que nunca fuí tan futbolero como lo soy ahora. Y no por el nivel de juego boliviano, que se podría definir de pésimo. Realmente, no lo entiendo.

Disfraz de tigre - Hidrogenesse

1 comentario:

Sein dijo...

La clau està en que a Espanya el fútbol és mil cops més bo, però no es viu ni la meitat que els països d'aquí!

Una culé hasta la muerte