31.8.09

Complicado

(Día 234)
La Paz.- Realmente no sé qué escribir hoy. Estoy raro, irascible, desganado. Creo que se podría resumir en inestable.
Nunca fui, ni creo que seré, un tipo de lo más sensible. Sí, lloré con Wall-e, pero eso es otra cosa. Digo sensible de verdad. De fijarme en los detalles, de sentir las cosas que todo el mundo siente. Nunca fui así, y a pesar de que creo que he mejorado en ese aspecto, tengo que mejorar mucho.
Así que nada me es fácil. Y menos esto, lo que pasa ahora. Sí, es un momento complicado. Pero quizá esta falta de sensibilidad la disimulo con una simplicidad y una racionalidad incomprensibles, que desesperan al más paciente. Y, en vez de aceptarlo, me irrito yo al no observar que se puede ver el mundo desde mi perspectiva.
Siempre me gustó complicarme las cosas, sobretodo las más difíciles. Y esta, sin lugar a dudas, es de lo más difícil a lo que me he tenido que afrontar. Pero, a pesar del miedo a no triunfar, no quiero dejarlo de lado, simplificarlo, y ver como se escapa y cae por su propio peso, fruto de que no pude agarrarlo por mi simpleza y mi falta de visión. No me lo perdonaría nunca. Siento que es demasiado importante. Quizá el obstáculo más complejo de mi vida, y que voy a saltar cueste lo que cueste. Sea lo que sea que se ponga delante.
Pero sé que, para conseguirlo, tengo que cambiar de estrategia. Dejar de ser malo en el salto, de buscar el atajo, y afrontarlo sin nada, desnudo, abierto, sin pértiga ni caballo que salten por mí. Y eso me llevará tiempo. Y, por tanto paciencia.
Nunca me faltó la paciencia. Los que me rodea(ba)n lo saben. Pero quizá el tiempo, la inseguridad y la inestabilidad, todo junto, me carcome por dentro, y hacen que, viendo el final del periplo tan cerca, quiera ir más rápido de lo que deba, y para ello haga trampas al póker, para ganar sin pensar en las consecuencias. Y es una tarea más complicada, donde hay que ir sobre seguro, sin más dificultades de las ya existentes, y sin poner sobre la mesa más consecuencias de las que, ya de por sí, tiene.
Pero me es complicado, y hay que tener paciencia. Porque una vez ya perdí, y la desolación fue tan grande que, volverla a sentir, me hundiría en la miseria de nuevo.
Así que, con tu permiso, vuelvo a empezar y prometo volver a repartir las cartas y afrontar la partida con todas las normas escritas, y pensando más en que el final sea bueno que no en terminar antes.
Como siempre que escribo sobre mí me quedan unos escritos complejos, ilegibles y prácticamente imposibles de descifrar ni entender. Por eso pido perdón.


Desolado - Pastora

30.8.09

Brownie

(Día 233)
La Paz.- La verdad es que esperaba este día como agua de mayo (a pesar que debe hacer como cinco meses que no veo llover). Tras tanto tiempo esperando, con carta amenazante de por medio, por fin volvían a servir brownie blanco de postre. Y fui sólo al postre, evidentemente.
Quizá lo tenía sobrevalorado, quizá cambiaron la receta. Pero no me supo igual. Como si le faltara algo.
Y, lo que tenía que ser uno de los mejores domingos, se convirtió en uno más.


Un día más en la vida - Sidonie

28.8.09

Libèl·lula

(Día 231)
La Paz.- Una larga fila de hombres y mujeres de negro esperan en fila. Sin saber como, ni realmente el porqué, me encuentro dentro de una especie de salón enorme, con un escenario listo para una actuación. Me siento en una silla de plástico roja, supongo que de publicidad de alguna cerveza, y pido una botella de agua. Hablo poco con los que me rodean: no porque no les conozca, sino por falta de ganas. Es viernes por la noche y tengo sueño.
Los hombres y mujeres de negro aparecen en cuentagotas por la sala. Bajan unas escaleras situadas a la derecha del escenario, y se van acomodando hasta que, desde mi posición, no veo el escenario.
Los hombres y mujeres de negro cada vez son más raros, se comportan de forma más extraña. Sus largas melenas y trajes de plástico inundan el lugar; hasta un tipo se disfrazó de policía en cuero.
Y, de repente, después de que termine un vídeo de música indígena, sube una pantalla de color blanco, y aparecen Libellula.
En tres horas y media, o más, mis oídos sólo escucharán lo que aquí le llaman metal.


Epilepsy is dancing - Antony & The Johnsons

27.8.09

Saya

(Día 230)
La Paz.- Si bien ya había visto afrobolivianos en mi viaje a Chijchipa, y en alguna que otra celebración, verles en directo siempre es un espectáculo.
Todavía me sorprende que puedan conservar esas raíces africanas e integrarlas de lleno en su bolivianidad. Que combinen su negra tez con el blanco impoluto de sus trajes. Que se muevan como si un brasileño escuchara samba. Que canten como si se tratara de una canción de los esclavos en los Estados Unidos.
Pero también tengo que confesar que, tras una o dos canciones de saya, la cabeza no puede más y pide a gritos volver al reggaeton.

Ai ga bani - Ali Farka Touré & Toumani Diabaté

26.8.09

Boda

(Día 229)
La Paz.- Jorge e Irma se dieron el sí quiero en directo. Lejos de ser una pareja típica de la farándula boliviana, se ve que se convirtieron en un fenómeno mediático desde que decidieron casarse.
Y es que Jorge e Irma, ya casados, nunca tuvieron una relación fácil. Rechazados por sus tutores, decidieron denunciar su caso y seguir adelante con su amor. Todo su entorno estaba en contra, pero ellos decidieron salir adelante, a pesar de todo. Muchas dificultades en su camino, pero su ímpetu y su amor les permitieron llegar al día esperado. Que no era otro que hoy, festividad del adulto mayor.
Sin saber qué edad tienen, Jorge e Irma se besan en el altar mostrando sin pudor las arrugas de los años. Las televisiones pasan todo el romance, desde que en el asilo les prohibieron la relación hasta el día de la pedida de mano, pasando el momento culminante cuando ella, Irma, no pudo hablar de su (ya) marido por la emoción del amor que sentía por él.
Lo primero que dijo el (ya) esposo a la (ya) esposa, en directo y para todo el país, es que lo que le diría a su mujer nada más llegar a su nueva casa es que se amaran. Mucho.

Me casaré cuando me enamore - Francisco Nixon

25.8.09

Muni

(Día 228)
La Paz.- A las 10.01 se abre la puerta blanca de la oficina. Abrigo hortera que la convierte en una bola, bolso demasiado pequeño, un pañuelo en el cuello. Las mismas gafas de rata de biblioteca, el mismo lunar cerca de la nariz, justo encima de la boca.
Supongo que se lava las manos con el alcohol en gel que obligaron a comprar en el edificio por esto de la gripe A, pero ni me fijo porque no tengo ni el menor interés en lo que hace. Prefiero seguir escribiendo mi segunda nota del día, tras la previa de la jornada intersemanal del Clausura.
Pasa tras mi silla, diciendo un buenos días inaudible. O eso creo.
Enciende su ordenador, que, como siempre, hace un ruido atronador por un problema que nadie ha querido ni descubrir. Sigue sin quitarse el abrigo, ni descolgarse el bolso; supongo que por miedo de que alguien de la oficina, en la que sólo estamos nosotros dos, le robe algo. Como la foto de su boda.
Casi sin dejar respirar al ordenador, ya clica sobre el icono para acceder a Internet. Ha tenido tiempo de ver la foto del fondo del escritorio, donde un tipo delgado y feo (no podría decir cuántas "f" hacen falta para describirle), al que llamaremos Nini, la agarra por detrás en un abrazo que pretende ser romántico, pero en el que ella pone una cara de hastío importante, disimulada por una sonrisa extraña.
Entra en Facebook. Y se sumerge en la red, escribiendo y hurgando en la vida de sus contactos. Me giro, sólo por curiosidad, y no se ha dejado ningún paso de los habituales.
Pasan los minutos. Llega más gente a la oficina, y mientras me preparo una taza de leche en polvo con cacao en polvo en agua hirviendo, la delicia de cada mañana (tengo que recordar que hay que comprar más cacao, que se terminó), pienso si me dijo algo más en las dos horas que llevamos compartiendo el habitáculo al que llamamos oficina.
Y entonces recuerdo la que creo que es la única conversación que hemos tenido, así seria, desde que llegó:
- Tengo hambre, me parece que pediré una pizza. ¿Quieres algo?
- Sí.
- Vale. ¿Algún gusto en especial, algo que no te guste?
- Da igual.
- ¿La pido grande, no?
- Sí.
- ¿Y quieres algo de beber?
- ...
Llega la jefecita y, como siempre, me quejo de que en esta oficina no se puede trabajar, que nadie habla, que es una mierda. Suena una canción y la invito a bailar, algo que casi nunca rechaza. Si no fuera por estos momentos...
El día está tranquilo, y Muni sigue con la primera nota que tenía para el día. No quiero ni preguntar de qué se trata: sólo sabe hablar de economía, de hidrocarburos, del precio del gas, del descenso de las exportaciones. Y, como no estoy en esa onda, me aburro.
Llega la hora del almuerzo, y nadie sale a comer. Yo, en un ataque de inteligencia, decidí llevarme algo de desayuno a la oficina para salir más tarde, almorzar tranquilamente en casa, y así no volver. Pero se ve que nadie tiene hambre en la oficina, y son las cuatro y nadie comió desde que llegó. No entiendo nada, aunque empiezo a comprender porque he bajado tanto de peso desde que llegué. Debe ser que, como buen boliviano, no quiero comer cuando toca.
Y me voy, tras una jornada de lo más amena, y me despido de mi jefecita. De Muni ni lo intento: como siempre, creo que no me va a responder, y no voy a gastar saliva en ello.
De hecho, creo que es muda.

Era muda - Los Auténticos Decadentes

24.8.09

Campus

(Día 227)
Warisata.- De viaje de nuevo por el Altiplano, el frío no es tan fuerte como creí cuando salí de casa.
Tras dos horas de viaje, entre risas y música latina de antes (o al menos eso pone en el CD), llegamos a Warisata, pequeño pueblo donde todo es típicamente del Altiplano.
Entramos en el edificio acordado, y nos reciben con todos los honores. Los chicos que se pasean por allí nos miran con una cara entre la extrañeza y la admiración. Me siento como un animal de zoo.
Tras las entrevistas pertinentes, las visitas obligadas, nos invitan a almorzar. Una hamburguesa extraña y un plato de quinua con queso. Me lo como sin rechistar, aunque sé que después mi estómago se va a resentir de todo esto.
Y seguimos de visita, y coincide que es el cumpleaños del rector, y acabamos bailando con incontables cholitas danzas que nunca habíamos aprendido en el patio de la Universidad Indígena Túpac Katari, mientras seguimos todavía sorprendidos y entusiasmados con el cuarto de hora que nos dejaron entrar a una clase en la que el profesor leía apasionadamente Tesis India mientras, de fondo, suena la música de las kenas y los platillos.


Viaje de estudios - Lori Meyers

23.8.09

Casa

(Día 226)
La Paz.- Domingo por la mañana tras dos días de demasiadas salidas y emociones. Decido desayunar en el café, y al entrar pienso que hacía mucho tiempo que no me pasaba por allí.
Aprovecho para llamar a casa, a ver como van las cosas. El primer intento fallido.
Así que pruebo llamando a mis iaios. Bingo. Las recomendaciones de siempre, las lágrimas contenidas a pesar de la edad.
Segundo intento a casa. Mismo resultado que el primero.
Así que la llamo, a ella. Y nada. Le dejo un mensaje en el buzón de voz.
Al tercer intento, responden en casa. Y se conectan, hablamos a través de cables y nos vemos a través de cámaras diminutas. Están en mi habitación, vacía desde que llegué y que se ha convertido en estudio. La pequeña como siempre, aunque cada vez más mayor. Igual que la grande, que repite las mismas recomendaciones escuchadas antes, pero con tono más severo, contundente y creíble. Y el viejo, un poco más calvo, pero emocionado con la vida.
Básicamente, todo sigue igual. A pesar de los más de 9.000 kilómetros de distancia.


La vida sigue igual - Julio Iglesias feat. Roberto Carlos

22.8.09

Koala

(Día 225)
La Paz.- Medio (o completamente) resacoso de ayer, una llamada a las 12.30 me despierta.
Tendría que estar en Villa Tunari, donde el Evo se forjó como dirigente sindical antes de ser presidente, pero el aplazamiento de la visita de Lula al país hizo que, sin enterarme, no fuera yo el que viajara.
Pero me llaman a las 12.30, quizá un par de minutos antes, y tengo que ir a la oficina a echar una mano con los discursos y toda el quilombo que se lia allí.
Cuando la consciencia vuelve a mi ser, ya en la oficina, me pregunto porqué fue alguien a cubrir el evento si, después, los que estamos de quedados especiales hacemos todo el trabajo sucio. Escuchar discursos, montar piezas, reordenar ideas. Además, con la falsedad de fecharlas en Villa Tunari, cuando realmente estamos en Villa Efe de arriba (del mezzanine, para más señas).
Y me recuerda a otras coberturas similares. Una de las primeras de las que tengo consciencia, la del Carnaval de Oruro, cuando toda la oficina estaba allí y se hizo un nota de color sin color: ninguna declaración de bailarines, ni apuntes sobre el Evo jugando con la espuma. Y me acuerdo de otra, en la que todavía no estaba presente pero que sale en todas las conversaciones, cuando en Santa Cruz, en vez de bajar a la puerta del hotel para ver qué pasa, se llama a la oficina para que expliquen qué es lo que están dando por la tele justo enfrente del hall.
A veces, tengo la sensación que, para ser alguien en algún lado, hay que ser como una koala. Preocuparse sólo de subir un tronco, comer bambú y quitar los pelos y bacterios de la boca tras besar a un koala. Pero después lo repienso, y recuerdo que hace falta una gran trayectoria y grandes experiencias para poder vivir sin preocupaciones en una caña de bambú.

Te quiero comer la boca - La Mosca Tse-tsé

21.8.09

Gitana

(Día 224)
La Paz.- Finales de mes de agosto, de este mes tan pesado y sin gracia. Así que, después de la sesión de sauna de los viernes, decidimos que hoy es la noche. Y lo haremos por todo lo alto.
Empezamos cenando en el japonés en el que tienes que quitarte los zapatos y sentarte en el suelo, en unos almohadones cuadrados.
Vuelvo a demostrar mi nula capacidad con los palillos. Y, aunque es una sopa de pollo, acabo agarrando el ave con las manos.
Salimos tocados con el sake. Y decidimos pasar por casa, dejar las mochilas, y bebernos una cerveza en el taxi de camino a la zona jailona.
Me parece que nunca había hablado del concepto jailón hasta ahora. De hecho, es uno de mis preferidos. En este afán de usar para conceptos nuevas palabras cool (otro ejemplo), los bolivianos agarraron el término inglés high y lo aplicaron a la clase alta: jailón. Tal cual, como suena. Vivir en Pedralbes, vaya.
A lo que iba, que decidimos ir a Gitana, el boliche más conocido de la Zona Sur. Ya con el sake y la cerveza en el cuerpo, decidimos empezar fuerte, y acabar como podamos.
Y así nos va, cantando a grito pelado canciones de un grupo que ni conocíamos (Octavia), bailando reggaetón, algunos con compañía, y acabando la noche con la música de Michael Jackson. Y llegamos a casa a las cinco sin saber como hemos puesto la llave en la puerta. Y menos como subí las escaleras que llevan hasta mi habitación.

Giraluna - Sidonie

20.8.09

Pensando

(Día 223)
La Paz.- Agosto siempre es un mes de pereza. Cuando estaba en el hemisferio norte, véase Barcelona o alrededores, culpaba al calor infernal. Pero ahora, en medio de un invierno menos frío de lo que pensaba, sigue igual. Ni idea por qué debe ser.
Pero toda esta pereza acumulada, con un contexto frío y sin alicientes, me ha dado por recuperar mi inestabilidad crónica, de la que hace tiempo no hacía gala.
De repente me encuentro escuchando música y cantando con voz horrenda entre tos y tos, y en medio segundo estoy discutiendo con la policía boliviana con el riesgo de que me expulsen del país por estar trabajando con visa de turista. De repente estoy tan tranquilo almorzando en el Alexander y, en medio segundo, empiezo a maldecir todo lo que me rodea. De repente me desespero con el mal juego de La Paz FC en el partido de vuelta de la Sudamericana y, en medio segundo, me río de lo lamentable que se ven a los jugadores bolivianos desde la cabina de prensa. De repente me harto de las fiestas bolivianas y, en medio segundo, aplaudo al paso de un tipo vestido de diablo que persigue a un ángel bañado en fuego. De repente me aburro con una entrevista a René Joaquino, uno de los miles de candidatos a destronar a Evo y, en medio segundo, me fascino cuando cuenta su vida desde que tenía cinco años.
De repente, creo que toda mi vida se va a la mierda y, en medio segundo, me siento el hombre más afortunado del mundo.
Y es que nos ha costado mucho llegar hasta aquí, y sería una pena tirarlo todo por la borda. Cuando quedan menos de cuatro meses para que este exilio, programado y necesario desde sus inicios, se convierta en... en lo que sea. Eso da igual. Prometí que hasta el próximo mes me importaba una mierda el futuro. Pero cuesta tanto no pensar en ello...

Corrandes de la parella estable - Manel

16.8.09

...

(Día 219)
La Paz.- Hoy me desperté con olor a tabaco y alcohol, con la cara roja, con dolor de cabeza, tosiendo y con más sueño del habitual.
Paseo por el Prado, risas con los malabaristas argentinos, terapia con Andrés en el Consulado (plato vegetariano para él, sandwich de pollo para mí), carcajadas con Ice Age 3 y los guiños al público adulto, regreso a casa, manta y edredón en el lounge, conexión a Internet, escuchar el final de la ida de la Supercopa entre el Athletic y el Barça (1-2), revisión de los resultados de la séptima del Clausura, edición de las fotos de Sucre, actualización del blog.
Un domingo más de este mes de agosto pesado, cansado, y que no termina.

Cigarretes and alcohol - Oasis

15.8.09

Chorizo

(Día 218)
La Paz.- No son ni las nueve de la noche y se podría decir que ya estoy medio borracho. Es lo que tiene ir a una parrillada en honor a una mujer que ni conoces, llegar el primero a las 12.30 de la mañana, y empezar a beber cerveza desde ese momento hasta que te vas de la casa de la fiesta, a eso de las ocho. En medio, almuerzo a base de chorizos a la parrilla, cerveza y más cerveza, confesiones por culpa del alcohol, juegos estúpidos y etílicos, básicos de una cultura chupística.
Pero ya dicen que los borrachos y los niños son los que nunca mienten. Por eso prefiero no escribir más, y dejarme ir a dormir para que mañana sea otro día un poco más sobrio.

Pavo Real - El chaval de la peca

14.8.09

Sudor

(Día 217)
La Paz.- El rito es el siguiente: vestuario, traje de baño, ducha, jacuzzi, masaje, sauna seca, pozo de agua fría, descanso, sauna de vapor, pozo de agua fría, piscina, jacuzzi, sauna de vapor, ducha.
Salgo y no quiero ni mirar los kilos de sudor que he dejado en menos de dos horas. Para luego llegar a casa, ir a cenar al árabe nuevo, y acabar jugando al mentiroso con unas cartas de póker pese a las reticencias iniciales.
A partir de ahora, será la rutina de cada viernes por la tarde. Para desestresarnos, nos decimos: en realidad, para hacer terapia.
Y acabo el día con una tos que empieza a ser desesperante, y que no sé de dónde ha salido.

Corpus Christi - La Bien Querida

13.8.09

Justa

(Día 216)
La Paz.-
*Una canción: Cualquiera de Camilo. Me encanta Camilo Sesto. ¿Una? Perdóname.
*Una frase de canción: Cualquiera que lleve la palabra amor.
*La última canción que has escuchado: La que está sonando ahora de Eros Ramazzotti, que habla de la pareja...muy linda.
*Último concierto al que has asistido: El del grupo Bonanza. Muy lindo. Y me gusta pasar desapercibida en los actos públicos.
*Grupo favorito: Todos me gustan.
*Aroma preferido: Me encantan las fragancias.
*Peor sentimiento del mundo: El odio. Demuestra frustración, revanchismo, maldad, podredumbre.
*Mejor sentimiento del mundo: Saber amar.
*Lo primero que piensas al despertar: En Dios, en mi creador. Le saludo y le pido que me dé fuerzas, prudencia en mi boca.
*Como te gusta que te besen: Uffff...¿Qué es un beso, una transmisión de microbios y saliva? Como lo sabe hacer mi amor.
*Última ciudad que has visitado: Panamá.
*Color de ropa interior favorita: No puedo mostrarlo porque no tengo. Pero me gusta el color champagne.
*Una flor que te guste: Las rosas.
*Tu número favorito: El 13.
*Tema de conversación más destacado: Hablo de todo, pero cuando hablamos de niños es algo que me encanta.
*Tema de conversación preferido: Política (ríe). Me gusta hablar del poder que tenemos cada uno de nosotros para salir adelante.
*Lugar preferido donde comer: ¿Dónde como que no sea mi casa?
*Comida preferida: Chanchito. Una fritanga, un mondongo...
*Como te ves en diez años: Uff... Dentro de diez años voy a tener diez años menos, porque voy a acudir a una cirugía porque quiero seguir en la televisión.
*Si te toca la lotería...: Lo que siempre he querido: hacer algo para ayudar al prójimo. Un lugar para insertar a los niños de la calle, o hacer un lugar donde puede procurar ayuda a las mujeres.
*Algo que nunca hayas dicho a alguien: Siempre lo digo todo, no me guardo nada. Si me muero, esa persona no lo va a saber nunca.
*Alguna manía: Trabajar para mañana, me encanta estar adelantito de todo.
*¿Supersticiosa?: No
*Tres cualidades: Puntualidad, sinceridad, tenacidad.
*Tres defectos: (Piensa) Soy muy gritona (Piensa) Impaciente (Piensa) (Piensa) (Piensa) No creo que tenga más defectos...(Piensa) Narcisa. Pero no por mi nariz.
*Alguna promesa por cumplir: Voy a lograr antes de acabar mis días hacer algo por la gente, pero algo así...que se vea, que se sienta.
*Animal favorito: Me gustan los animales, pero lejitos de mí. Prefiero las plantas.
*Las tormentas...: Me gustan, disfruto de todo lo que nos da la naturaleza.
*Si fuera otra persona, sería...: La Justa. Me encanta como soy.
*En las paredes de tu habitación se puede encontrar...: Aparte de los garabatos de mis wawas, mis libros.
*Deporte favorito: Baskeeeeeeet.
*Tímida o extrovertida: Muy extrovertida en los espacios que puedo manejar.
*Idiomas: Ninguno. Podría decir que el francés, aimara, inglés, quechua, portugués...
*Palabra favorita: Papito y mamita.
*Lugar preferido: Mi cama.
*¿Conformista?: Conformista.
*¿Dulce o salado?: Salado.
*Época en la que te gustaría vivir: Presente.
*¿Bailarás en Villa Victoria?: Claro que voy a bailar.
(Entran los mariachis bolivianos. Entran niñas con ramos de flores. Lágrimas de emoción).

Justa (48), mujer de pollera en falda que nos alegra cada tarde, después de los informativos, con su programa de lo más variopinto. Por lo menos a mí me gusta estar Junto con la Justa. Y hoy es su cumpleaños.

Teach me tiger - April Stevens

12.8.09

Ídem

(Día 215)
La Paz.- Hoy podría escribir lo mismo que ayer. De hecho, hasta el 24 de agosto podría repetirlo. Pero cada día con un poco más de sueño y de cabreo.

No vivo en una sociedad perfecta - Pablo Milanés

11.8.09

Silencio

(Día 214)
La Paz.- Llego y hay silencio. Ni Abraham (el mono) chilla. Buen día de rigor, sin ser correspondido.
Pasan los segundos, los minutos, las horas. Sigue el silencio. Se rompe con el sonido de un teléfono, que siempre es para otra persona. Alguna que otra charla de economía.
Vuelvo de un desayuno y silencio. Me entero de una nueva muerte por gripe A (ya van 13), y silencio. Detienen a una "megabanda" de delincuentes peruanos y bolivianos, y silencio. Mueren dos sacerdotes colombianos porque se equivocaron al pisar el pedal y le dieron al acelerador en vez de al freno, y silencio.
Se arma un quilombo en el Tahuichi con Blooming y silencio. Acabo y sigue el silencio. Apagamos las luces, ponemos la clave de la alarma, cerramos la puerta, y silencio.
Y, hasta que no estamos en la calle, no pregunta qué demonios pasó en el estadio para que yo estuviera tan estresado.

Sound of silence - Simon & Garfunkel

10.8.09

Jefecita

(Día 213)
La Paz.- La primera persona que me dió un golpecito tímido en la espalda hace 213 días fue Lorena. Preguntándome si realmente era yo, excusándose de que las fotos que había visto de mí eran con el pelo largo y ahora éste brillaba por su ausencia tras cortármelo antes del viaje, empezó una historia totalmente diferente.
En este tiempo, han pasado horas en la misma oficina, sentada a mi derecha. Han pasado chillidos consecuencia de las barbaridades de Abraham, petitos y becarios, coberturas de referendos juntos, un viaje a Chile, cortes de pelo, maquillaje en mis ojos, turbantes y vestidos de tinku, inserciones de facturas en el sistema, cenas y almuerzos, paseos por el Prado, tres días en el gimnasio, sesiones de terapia psicológica, cafés y ensaladas de frutas -cada vez menos. Fiesta sorpresa antes de su partida.
Y lo que nos queda.
Aunque celebre hoy su cumpleaños en su tierra natal, sigue por aquí. Y se la extraña.

Lorena - Andrés Calamaro

9.8.09

Payaso

(Día 212)
La Paz.- Se agradece salir de la cafetería, un domingo moribundo, y encontrar un grupo de payasos de calle haciendo reir a pequeños y grandes con un simple juego de malabares. Son gaúchos, se ve a la legua, y de hecho todos los malabaristas de los pocos semáforos de la ciudad lo son.
Entonces es cuando me paro a verlos, y, cuando me doy cuenta, llevo treinta minutos riendo como un niño, y me encuentro sentado en unas escaleras de piedra y aplaudiendo.
Mierda, espero no llegar tarde para ver Harry Potter 6.

Pallasso - Joan Miquel Oliver

8.8.09

Paja

(Día 211)
La Paz.- Sábado. 09.00 de la mañana, hora local como siempre. Va a ser un día de perro. Sin ganas de hacer nada.

Fuck this shit - Belle & Sebastian

7.8.09

Feria

(Día 210)
La Paz.- Llegas de Sucre y, en vez de ir a casa a descansar, directo a la oficina que esta mañana, demasiado temprano, te dijeron que hay una conferencia sobre el estado del español (idioma) en América. Así que con las bolsas sin deshacer, no sabes cuando las desharás, empiezas a buscar cosas del tipo, mientras llegan voces de que tienes que hacer otras notas. Y bajas hasta la zona sur, al recinto ferial, que hay el encuentro de libros. Y te sientas en una silla de plástico blanco, tomas una hamburguesa y una Coca-Cola, y te levantas y te sientas en una silla de plástico blanco, rodeado de no más de diez personas, y esperas que el tipo empiece a hablar. Y, a los quince minutos, le dices a Martín que no puedes más, que el discurso es un tostón, y que te vuelves a la oficina a inventarte la nota.
Y llegas cansado a casa, y compruebas que, efectivamente, no sabes cuando desharás la bolsa del viaje. Pero te dices que, aunque sólo sea por curiosidad, tendrás que volver a la Feria del libro.

Libros de autoayuda - Manos de topo

6.8.09

Chuquisaca

(Dia 209)
Sucre.- Ya lo predije ayer: Sucre, a las 6.30 de la mañana, no es tan divertida. Pero hoy es el día más importante del año, celebración de la fundación de Bolivia. Así que hay que trabajar.
Obviamente, si no estuviera el Evo de camino no estaría aquí. Esperando en la plaza principal, dominada por una estatua de José de Sucre hecha de bronce, entre campesinos afines al MAS esperando desde las 5 de la mañana a la llegada del presidente.
De hecho, el acto es, en realidad como un partido de fútbol. Encuentro (nada) amistoso entre Evo, líder de la clasificación y que se perfila como vencedor del título; y Savina, a una diferencia considerable de lo más alto de la tabla pero que se crece en su cancha. Evo, consciente de la importancia del encuentro, concentra todos sus esfuerzos para que, su regreso a Chuquisaca después de dos años, sea lo más triunfal posible. Y Savina, por su parte, ordenó que el terreno de juego fuera lo más hostil.
Al final, tras el desfile cívico militar, se puede considerar que la victoria fue para el visitante. Una medalla más al elenco de triunfos del Evo. Aclamación constante, ovación cerrada cuando sale al balcón. Llegó tenso, sin saber lo que se encontraría, y se va sonriendo y haciendo bromas. Como a su ministro de Gobierno, Alfredo Rada, al que en un amago magistral casi deja en Sucre al no haber plaza en el coche oficial para llevarlo al aeropuerto. Pero se soluciona rápido: carrera de 100 metros lisos del ministro, y subida al coche sin más.
Así que, tras ver el encuentro, por la tarde salimos a dar un paseo, después de escribir sobre el acto (cuatro gritos de jóvenes inconscientes que querían pelea y no la consiguieron) y cargar un vídeo de casi cinco minutos. Y Sucre me vuelve a parecer la ciudad linda y coqueta que me pareció ayer.
Chuquisaca, en ese sentido, es muy diferente de La Paz. Hasta las chicas son más lindas. Hasta los boliches son más cool, donde te puedes encontrar a Tuto está allí haciendo campaña para las elecciones. Después de verlo en acción, no hay duda de que se presenta.

En un Mercedes blanco - Kiko Veneno

5.8.09

Blanco

(Día 208)
Sucre.- Aunque muchos lo pongan en duda, Sucre es la capital de Bolivia. Un pueblo de cinco calles y tres plazas, pero capital al fin.
Me gusta su tranquilidad horrorosa, su blanco colonial, su calor asfixiante. Es como ir por un pueblo mediterráneo, de esos donde todas las casas son blancas y la gente va en manga corta y chanclas.
Pero es la capital de Bolivia, y me gusta.
Seguramente mañana, cuando toque trabajar en ella, no será tan divertida como parece.

Blanco sobre blanco - Maga

4.8.09

Sorpresa

(Día 207)
La Paz.- Son las 19.57 y vuelve la luz a casa. Todo el día sin ella, esperando que retorne lo antes posible para no tener que cambiar de planes.
Empanadas, platos y vasos de plástico, bolsas de patatas fritas, cacahuetes, bombones de chocolate, tarta...no, tarta no que da mala suerte. Bebida, harta bebida.
Empieza a sonar el timbre, la puerta deja pasar a gente, y te empiezas a preguntar por qué no llega.
Son las 22.32 y, tal y como estaba acordado, te llaman al celular en modo aviso. Cierras luces. Cámara, acción. Suena el timbre. Abres, como si nada. Aunque, mientras la puerta deja pasar la luz del corredor del primer piso del edificio, te imaginas su cara al encontrarse en una casa que pensaba que estaría vacía y que en media hora tiene en su interior a cerca de veinte personas.

You!Me!Dancing! - Los Campesinos

1.8.09

Quito

(Día 204)
La Paz.- Le apeteció de nuevo salir de la terraza y programar un viaje a Quito. Recordó lo que vivieron en Londres, en la Costa Azul francesa, en Berlín, Y ahora, que se encontraba en Suiza, cerca de Berna con dos conocidos, decidió que esa era la última vez que esa rubia se quedaba a su lado. Cuando ella se fuera a Santiago, o antes, directo a Ecuador.
Y descansar un poco de tanto movimiento en su cama en los últimos días. Y, además, sin poder compartirlo con nadie, escondiéndose de la calle bajo el edredón.

Ok, perdón - Andrés Calamaro