31.7.09

Umbrella

(Día 203)
La Paz.- No soy muy dado a la moda. Eso bien lo saben los que me conocen, que para aprender a combinar colores he tardado lo mío. Que rayas con rayas no va, que verd i blau fan babau. Que los jeans pegan con todo, igual que el color negro.
Pero desde que estoy en La Paz ya he ido a dos desfiles de moda. Algo que, en un principio, no concuerda mucho: el binomio moda-Bolivia, en un principio, nunca fueron juntos. Pero hay que matizar que los dos desfiles han sido de moda cholita.
Y el de hoy ha sido por todo lo alto: hotel de lujo, espera de dos horas y media, pasarela y escenografía dignas de París o Milán.
Pero lo sorprendente es que, empieza el desfile, y aparecen 17 chicas, jóvenes, que entre polleras de vistosos colores y sombreros típicos, portan en su mano algo que, hasta que no empieza a sonar la canción de Umbrella de Rihanna, no se descubre que son paraguas de colores, que mueven de forma graciosa y al compás de la música. Esta es, en parte, una demostración de la grandeza de Bolivia.

Umbrella - Biffy Clyro

30.7.09

Taca

(Día 202)
El Alto.- Se me empiezan a hacer repetitivas las esperas en el aeropuerto. Y, no sé por qué, siempre son por la noche, así que hay que pelear, además de con el sueño, con el frío de El Alto.
A estas horas ya no hay nadie en la única terminal. Todos los vuelos de salida ya han partido, hasta las cinco de la mañana no sale ninguno, y sólo hay taxistas esperando los vuelos nocturnos de llegada, y algún mendigo de la ciudad que va al aeropuerto a pasar la noche, entre el calor del edificio y la tele que emite sin cesar videoclips de canciones de principios de siglo. Pero que cualquier seguidor de Los 40 reconoce y, al verlo, no puede estar de tatarearlo.
Van llegando otros periodistas, todos de televisiones nacionales, y las charlas aumentan su volumen. Y, por suerte, hoy el wifi funciona, y hace que laespera sea más llevadera. Hasta que llegue el vuelo de Taca procedente de Lima con el embajador peruano a bordo. Obviamente, en Business Class.

Portaavions - Antònia Font

29.7.09

Skype

(Día 201)
La Paz.- Hablar por Skype no es lo nuestro. De hecho, creo que no es lo mío.
Por eso creo que es mejor que hable Joaquín sobre lo que nos debe estar pasando.

Contigo - Joaquín Sabina

28.7.09

Vuelta

(Día 200)
La Paz.- Hace exactamente 200 días, a la misma hora que ahora, en el mismo vuelo que ahora, no recuerdo si en el mismo asiento que ahora, llegaba en un avión de Taca a La Paz, exactamente igual que ahora.
Las cosas han cambiado un poco. Sé de sobras que no soy el mismo de antes. Sin pensarlo, el rumbo de las cosas hicieron que, tras mi primer aterrizaje, empezara mi vida de cero, dejándo el que era antes en Barcelona y construyendo, a mi alrededor, una nueva realidad.
Pero no sólo eso ha cambiado. En estos 200 días han pasado cosas que nunca repetiría, cosas de las que me arrepiento; pero también otras maravillosas, reencuentros inimaginables, sensaciones nunca vividas.
Por eso, al bajar la escalera del avión, y pasar del calor de Costa Rica al frío de Bolivia, me digo que esta fecha señalada no puede pasar por alto, y que, a partir de ahora, tendré que empezar otra vez de cero para encarar, de la mejor forma posible, los últimos meses de mi estadía en La Paz. Si hay que volver a cambiar, se cambia. Si hay que dejar cosas atrás, se dejan. Aunque haya cosas que, por mucho que lo intentara, no podría dejar atrás, porque ya forman parte de algo dentro de mí. Y, pese a que será difícil, se tendrán que mantener. Porque así lo quiero. Y queda menos de la mitad. Y, tras eso, vendrá la tranquilidad, el complemento vital que falta. Y que ahora está tan lejos, pero a la vez tan cerca.

Sobrevuelas - Australian Blonde

27.7.09

Pronto

(Día 199)
Aeropuerto de San José.- Nos prometimos que no habría lágrimas, y casi lo conseguimos. Porque, al menos yo, pensé que en vez de un hasta pronto era un nos vemos. Pronto.

Paper planes - I'm from Barcelona

26.7.09

Reggae

(Día 196)
Puerto Viejo (Costa Rica).- Nuestro último día en el Caribe amaneció, como siempre, lluvioso. Entre arreglar la bolsa se nos pasa media mañana, así que paseamos por el pueblo.
Por todos lados se ven banderas rastafari, negros en bicicleta y, de fondo, Bob Marley. Y te preguntas si realmente estás en Costa Rica o en Jamaica.
Como es nuestro último día en el Caribe, nos toca hacer las compras pertinentes para la vuelta a nuestros destinos originarios. Café, chocolate...y lo que nos cuesta encontrar algo que tenga la figura de un perezoso.

Stir it up - Bob Marley

25.7.09

Playa

(Día 195)
Puerto Viejo (Costa Rica).- Por fin nos decidimos a ir a la playa.
Me da pereza alquilar una bici, porque prefiero caminar y poder ver uno a uno los detalles del paseo.
Tras un gran rato de paseos, hablando de todo y de más, decidimos entrar en medio de la selva y dejar la toalla rosa en un cerca de una palmera caribeña. Y nos bañamos en un mar demasiado agitado, con olas violentas que nos quitan y nos traen pensamientos a nuestras atormentadas (ya de por sí) cabezas.
Y en el camino de vuelta, todavía un poco empapados, se nos hace de noche, y nos sentamos a cenar en una terraza con música en directo. Y comemos una pizza a medias. Y nos bebemos una Imperial.
Y, con un cielo negro sobre nuestras (ya de por sí) atormentadas cabezas, nos dormimos al instante.

La playa - Los Planetas

24.7.09

Hamaca

(Día 196)
Cahuita (Costa Rica).- Para variar, amanece el cielo lluvioso. Hasta último momento no decidiremos qué hacer durante el día.
La tranquilidad lo envuelve todo, ni un pequeño ruido.
Un gato pardo se duerme en una silla de madera, un perro a manchas se tumba boca arriba soñando que come el mayor filete de la historia.
Y me tumbo en una hamaca de colores, atada a dos palos de madera, y acabo de leer a Galeano. Casi lo consigo, si no fuera porque el suave vaivén me deja medio atontado y casi me duerme en un sueño profundo. Seguramente, sin soñar en el mayor filete de la historia.

Candela - Buena Vista Social Club

23.7.09

Amarillo

(Día 195)
Puerto Viejo (Costa Rica).-
Se estropea el tractor y le aplasta la cabeza.
Asaltaba a novios y violaba novias. Y les robaba el coche.

Estos titulares, y otros, leídos en Costa Rica.


Yellow - Coldplay

22.7.09

Paloma

(Día 194)
San José (Costa Rica).- Digamos que pasear por San José es hacerlo por un pueblo pequeño, con sus tres plazas famosas y sus dos calles llenas de gente. Y nada más.
Almuerzo de casado en la terminal de buses del Caribe, recorrido a pie bajo una lluvia fina, encuentro con la Plaza de la Cultura.
Saco la cámara de fotos y empiezo a disparar como un demente, como si me fuera la vida. Siempre me gustó fotografiar a niños, es algo sumamente gratificante ver esas caras tan transparentes. Y más cuando juegan y se divierten alimentando y pateando, a partes iguales, a palomas grises y sucias.
No recuerdo el tiempo en el que sólo usé mi dedo índice y mi ojo derecho y miope en busca de una instantánea decente. Pero en el paseo de regreso, en busca de Núria, pienso que pasé demasiado tiempo poniendo atención a la cámara, en vez de a otras cosas de mi alrededor.
Y entramos en Efe, mientras Arias hace esperar a los periodistas para una conferencia de prensa sobre el quilombo de Honduras.

Paloma - Andrés Calamaro

21.7.09

Cámara

(Día 193)
Quepos (Costa Rica).- Prevenido por lo de ayer, lo primero que hago, tras vestirme y colocarme en el dedo pulgar de la mano derecha el anillo de coco que me compró ayer, es preparar la cámara de fotos. Es nueva, traída de los Estados Unidos, y la mejor forma de estrenarla es con una fotografía, a tamaño natural o escala, de un perezoso que, como ya dije, era el motivo principal de nuestro viaje.
Dejamos preparadas las mochilas porque por la noche será el momento de volver a San José y reencontrarse con viejos amigos; salimos en dirección al parque.
Hacemos cola durante más de 15 minutos, bajo un calor asfixiante, y tras pagar los 10 dólares de la entrada, pasamos a la más verde selva, en busca de tan animal majézico.
Tras más de dos horas de paseo, siguiendo el sendero del perezoso, llegamos a una playa llena de turistas. Si llegamos a saberlo, nos llevamos los bañadores y nos damos un chapuzón, que el día bien se lo merece. Pero nada, tenemos que seguir andando, analizando a cada centímetro el mínimo indicio que nos lleve a él.
Sólo vemos a un bicho comiendo frutos, nada de lo que esperamos. Y salimos del parque sin poder volver a ver un perezoso de cerca. Pero con más de 300 fotos en mi cámara nueva.
El bus de camino a Quepos, primera parada antes de ir hacia San José, no es asmático como el de la ida. Es más, parece donado por la cooperación de algún país: podría ser, perfectamente, un bus viejo de Pamplona.
Llegamos a San José cuando ya es de noche. Y, cuando bajamos del taxi, lo primero que oímos es un eiii! más que familiar.

Photograph - Jamie Cullum

20.7.09

Perezoso

(Día 192)
Manuel Antonio (Costa Rica).- Decidimos dar un paseo justo en el momento que la lluvia da un respiro. Salimos sin nada, simplemente andar por la arena y llegar al pueblo, y mirar dónde está el parque natural donde debemos encontrar a los perezosos, objetivo de nuestro viaje.
Paseamos por la playa, admiramos el océano revuelto (nos preguntamos por qué le llamarán Pacífico en esta situación), andamos por la carretera agarrados de la mano, hablamos de todo, vemos señales de atención perezosos, nos sentamos en un tronco para descansar, compramos papas fritas cuando tenemos hambre, entramos en el camino que va al parque.
Y vemos a un perezoso. Trata de bajar de una palmera con su gesto lento y pausado, sin molestarse por todos los turistas que se acercan a él, a menos de un palmo, y le sacan fotos. Ni se despeina por ello. Sigue con su dificultoso trabajo de deslizarse hacia abajo. Nos quedamos más de cinco minutos observándolo, con la cara de los niños cuando ven algo sorprendentemente mágico. Apenas mueve dos veces los brazos, para desplazarse menos de un metro.
Oímos monos peleándose entre los árboles; alguna disputa de amor, seguramente.
A la vuelta, el perezoso ya no está.
Pero la cara de felicidad sigue en tu rostro. Realmente, es una majeza.

Luna de miel a escondidas
- Francisco Nixon

19.7.09

Lluvia

(Día 191)
Manuel Antonio (Costa Rica).- Costa Rica nos recibe con una calurosa y húmeda lluvia. A las seis de la mañana empiezo a notar el goteo incansable del agua sobre el tejado de nuestra cabaña con mosquiteras en las ventanas, que parece que no actúan por la cantidad de veces que tengo que rascarme a partir del momento en el que soy consciente de que mi cuerpo está lleno de marcas rojas de mosquitos y otros insectos que dedican su vida y tiempo libre a alimentarse de la sangre ajena.
Salgo al porche, me siento en la tumbona, y miro como llueve. Pienso en volver a Galeano, que no terminé en mi vuelo, pero lo dejo para otro rato. Prefiero entrar y tumbarme de nuevo en la cama, mientras duermes como si nada pasara. O te haces la dormida, y te dejas atrapar por el sonido tan monótono de la lluvia en el tejado.
Creo que hoy no haremos nada de lo que hemos planeado.

Dios de la lluvia - El último de la fila

18.7.09

LPB-SJO

(Día 190)
Aeropuerto de San José-Juan Santamaría (Costa Rica).- A las 08.27 hora local, cuando el vuelo TA034 despega de la ciudad de El Alto a una velocidad desconocida, y piden apagar los dispositivos electrónicos para la seguridad del vuelo, me doy cuenta que dejé encima de mi cama la toalla de playa. No queda más que resignarse y probar de acabar a Galeano, que se alarga más de lo deseado debido a que, cada vez que abro el libro y reoorro letras impresas, el cansancio de toda la jornada me adentra en un sueño del que no me despierto hasta el día siguiente.
Supongo que me duermo, porque el recuerdo del vuelo se confunde hasta la llegada a Lima. Me recuerdo que, para el próximo viaje, prepararé las cosas con más de tres horas de antelación, y con una previsión de sueño de más de dos horas.
Desde la cristalera del bar de fumadores del aeropuerto, Lima es una ciudad gris. Completamente nublado, la nuiebla ayuda a generar esa sensación, que hace que no difiera mucho de la que me llevé hace pocas horas de la fría La Paz.
La escala en Lima, por suerte, es corta. Da tiempa para una visita rápida a las tiendas dutty free, la compra de la última edición de Etiqueta Negra y el consumo de medio refresco de cola.
El despegue del vuelo TA032 tiene en su interior un caos entre sus pasajeros. A la izquierda, un bebé que no llega al año y que, pese a los primeros indicios de llanto, se queda dormido antes del despegue. Delante, una familia argentina (padres y tres hijos) planean lo que sería un perfecto guión para una película. Justo al lado, dos viejos que se desconocían usan sus dotes verbales para hacer del vuelo de 4 horas y 30 minutos un rato agradable.
Lima, desde el aire, parece inabarcable. Mirando por la ventanilla, la amalgama de edificios me hace pensar que vivir allí, además de triste por lo gris, debe ser caótico. Hasta que en el fondo aparece el océano, y la elevación contínua hace que traspasemos nubes blancas, que la luz rebote cada vez más en mi vista. Cuando la luz me ciega, decido volver con Galeano. Aunque quizá lo mejor sería leer Etiqueta Negra, que en un delirio precursor dedicó su número 73 a la "vuelta al pasado", a los reencuentros, y su cuento final es Los aeropuertos. Lo que sea para no tener que ver High School Musical 3, película que, al final, acabo viendo.
Mientras trato de escribir algo, el niño argentino no para de moverse en el asiento delantero, dándome tres golpes en la cabeza hasta que le grito y su padre me pide perdón y le regaña ante la impasible mirada de su madre; el chico joven de detrás, que subió borracho, me da patadas por debajo del asiento hasta que le miro con ojos asesinos; y mis dos compañeros de fila, los dos viejitos, discuten de política, de la vida de sus respectivos hijos y de la evolución de la humanidad, mientras unas ligeras turbulencias de las que nos advirtieron antes de despegar hace que me tenga que asegurar que sigo con el cinturón de seguridad y emborrone mi libreta.
A las 12.56 de mi La Paz, 11.56 en Lima y 10.56 en San José, empieza la película. Cuando termina, tras comer un almuerzo a base de pasta con salsa de tomate y espinacas, vuelvo a Galeano, hasta que avisan del inminente aterrizaje y empiezo a ordenar mis cosas.
Durante la hora y cuarto en la fila de migraciones, me acuerdo del resto de nuestros aeropuertos. El de Barcelona con abrigo rojo, el de Washington totalmente solitario. Y, pese a que se esconde, la veo esperando.
Y, finalmente, me ponen el sello en el pasaporte, y entro a Costa Rica.

Vuelo 506 - El Chaval de la Peca

17.7.09

Micrófono

(Día 189)
La Paz.- Y Chávez sigue en La Paz. También hay que decir que, tras llegar ayer a las cinco de la mañana, el sueño impidió que pudiera hacer uno de sus discursos anti-imperialista, de esos que no se calla nada.
Así que esta mañana, mientras yo hablaba con Gallardón de lo no-malo que es haberse casado con una madrileña aun siendo de Barcelona, y con el alcalde de México DF sobre la reunión que tiene con sus homólogos de toda Iberoamérica, mi jefa fue a verle. Y, harta ya de las declaraciones de Chávez y de sostener miles de micrófonos de periodistas que fueron a almorzar, lanzó uno de ellos al pie del presidente, en el dedo chico, allí en la puntica. Ella dice que se le cayó. No se lo cree nadie.

Y, para prueba, el vídeo:


Dolor, dolor - Amparanoia

16.7.09

Dos

(Día 188)
La Paz.- Tras dormir no más de
dos horas, llega el gran día. Son las seis de la mañana y ya me encuentro andando por el Prado, dirección a la plaza Murillo. Allí, ofrenda floral a la estatua del protomártir de mismo nombre, y llegada del eje del mal a Palacio para desayunar y hablar de sus cosas malignas. Hasta las diez no se dignan a bajar al hall, para la foto oficial. Y están todos: el presidente de Venezuela y Bolivia (a la vez), el semental, el actor de telenovelas y el Evo, todos posando con las mejores de sus sonrisas. Un niño intrépido se coló en Palacio, y claro, fue el momento distendido de la jornada. Saludo con el niño, que se resistía a pasar a la historia por posar entre Evo y Chávez, y que sus compañeros de colegio le llamaran, como mínimo, terrorista. Todo esto después de que el Evo tropezara bajando las escaleras, con un suspiro de alivio después de que se pudiera frenar gracias a una chica de protocolo que iba por delante.
Terminada la foto, corriendo hacia la plaza Villarroel. Desfile militar e indígena, y el Evo resarciéndose del tropezón con uno de los discursos más duros de los que recuerdo. No deja títere con cabeza.
A la una de la tarde, al Radisson. Almuerzo de honor, con todos los invitados, y salen a hablar con la prensa Correa, Lugo y la canciller de Zelaya. Monotema: Honduras. Lo previsto.
Y, tras llegar a la oficina, empieza el trabajo. Y cuando termino, hace menos de un cuarto de hora, me doy cuenta que de las últimas 48 horas he trabajado 35. Y me entra el sueño.
Pero quedan dos días para saborear unas ricas galletas Tosta Rica.

El eje del mal - La Habitación Roja

15.7.09

Espera

(Día 187)
El Alto.- El invierno se hace notar en el aeropuerto de El Alto. Hace un frío del carajo. Pero mañana es el gran día, el acto central de la celebración del Bicentenario, y el eje del mal al completo viene a La Paz para conmemorar la rebelión contra la colonia española.
Así que, desde las cuatro de la tarde, estoy con Martín a la espera de que vayan llegando Correa, Chávez, Lugo, y demás representantes de los países de alrededor.
Avisaron desde la cancillería que Chávez llegaría a las 5 de la tarde, Lugo a las 8 y Correa a las 9. Evidentemente, esto es Bolivia, y pasan las ocho y no llegó nadie de renombre. De hecho, postergaron la llegada de Chávez a las 5 de la mañana, mientras que Lugo llegará a medianoche y Correa a eso de la una de la madrugada. Así que tendremos que esperar. Que mañana será un gran día.
A las seis en la plaza Murillo, ni más ni menos.

Tendremos que esperar - Deluxe

14.7.09

Juicio

(Día 186)
La Paz.- Desde que ejerzo (por decir algo) la profesión del periodismo, nunca antes había ido a cubrir un juicio. Nunca me llamó la atención, sinceramente, estar sentado más de tres horas en un juzgado esperando el dictamen de una sentencia, algo que se podría ahorrar yendo sólo al momento en el que el juez abriera la boca para decir culpable o inocente. Que alguien se encargara de eso daría trabajo y ahorraría tiempo.
La CorteIDH está en La Paz de visita, pero, la verdad, mejor que no hubiera venido. 12 horas para determinar que tiene que recibir más información para mostrar una postura en una matanza en Guatemala de hace más de 20 años. Y ya, hasta ahí la noticia.
Y mañana me espera otro similar. Pero esta vez, contra Paraguay.
Espero que esta vez no me duerma mientras hablan acusados y defensores.

Not guilty - The Beatles

11.7.09

Bocaisapo

(Día 183)
La Paz.- Salir de noche por La Paz, desconociendo (todavía) gran parte de sus calles y plazas, acaba por convertirse en una rutina a los bares y discotecas que salen en la Lonely planet.
Así que el descubrimiento del EtnoCafé, en la calle Jaén, cerca de la plaza Murillo, y del Bocaisapo, doblando la esquina a la derecha, siempre viene bien.
El EtnoCafé es un lugar que no parece boliviano, podría estar en cualquier ciudad moderna con su estilo retro y sus veladas poéticas y su magnífica música ambiente. Repito: si no fuera porque el trago estrella es el tour boliviano (cuatro licores y, para terminar, absenta) podría ser un lugar de reunión del Born barcelonés.
El Bocaisapo, por su parte, es todo lo contrario: ambiente totalmente boliviano, mesas y bancos de madera, y música en directo de las raíces más profundas del Altiplano. Se dice que es el lugar de reunión de bohemios, poetas y literatos bolivianos. Y lo creo, porque justo delante de donde nos sentamos hay un tipo leyendo ávidamente mientras suena música de un chileno de los Andes.

Bien avant - Benjamin Biolay

10.7.09

Trophy

(Día 182)
La Paz.- En las tardes aburridas en casa, como la de los viernes sin plan para el fin de semana, hemos encontrado una solución.
De siempre hemos amado los mánagers de fútbol, y encontramos uno por Internet que nos absorbe demasiado al llegar a casa. Quién quiera probar, que clique aquí.
Yo, con mi Petito FC, estoy en la tercera división boliviana, grupo 1.

La copa de Europa - Los Planetas

9.7.09

Cárcel

(Día 181)
Chonchocoro.- Una llamada a las 00.32 me despierta. En 5 horas llega Luis Arce al aeropuerto de El Alto, y hay que ir a recibirle con todos los honores que se merece un ex ministro de Interior de una dictadura de los ochenta que se basó en el terror y los asesinatos. Evidentemente, no viene de turismo, sino para ser encarcelado en la cárcel de alta seguridad de Chonchocoro.
Casi a las 06.00 llega el avión de American Airlines, el mismo que me trajo de regreso de mi periplo por los Estados Unidos, y desde la antigua torre de control hace mucho, demasiado frío. Sale del avión en silla de ruedas, totalmente demacrado, con un gorrito que le tapa los pocos pelos canosos que le quedan. Y entra directo a una sala para un reconocimiento médico, antes de dirigirse a Chonchocoro. Ni lo espero: voy directo a la cárcel para ver como llega.
Chonchocoro está perdido en medio del Altiplano, cerca de Viacha. Para llegar, tras dejar la carretera, hay que atravesar pueblos desérticos, caminos de polvo y arena, canales llenos de agua, y aguantar el frío. Soy de los únicos que está cuando la ambulancia llega a la cárcel. Tengo imágenes exclusivas. Me río por dentro cuando llegan el resto de periodistas sin nada que hacer ya.
Conferencia de prensa del ministro (somos los mejores, hemos encarcelado a un tipo peligroso de más de 70 años) y volando a ver al Evo, que desde El Alto también quiere hablar del tema. Sin duda, es la noticia del día.
Y ahora, en el camino de vuelta tras el tour altiplánico, creo que es mejor alegrarse por el encarcelamiento que lamentarse por mi sueño.

From prison to hospital - Yann Tiersen

8.7.09

Daddy

(Día 180)
La Paz.- Siempre dije que el reggaetón no era lo mío, que nunca estuve cómodo con un ritmo y letras insulsas y machistas.
Pero entre las múltiples cosas que he cambiado, desde que llegué, ha sido el acomodo paulatino a estos movimientos, a estas rimas fáciles y a esta música repetitiva. Hasta en el
iTunes de mi ordenador se pueden encontrar grandes hits del reggaetón.
Y hoy era el concierto del
rey, Daddy Yankee, en La Paz. Y lo suspendieron por la gripe.
Esperaré pues un mes para verle en directo, y pedirle a grito adolescente que
me dé más gasolina, que me diga que es lo que pasó pasó o para que me haga un llamado de emergencia.

Llamado de emergencia - Daddy Yankee

7.7.09

Gora

(Día 179)
La Paz.- Un San Fermín sin encierros a primera hora de la mañana no es lo mismo. Recuerdo cuando me ponía el despertador, me levantaba temprano, ponía la 1 y disfrutaba de esos poco más de 3 minutos de corridas y tropiezos.
Nunca fuí amante de eventos taurinos, pero lo de San Fermín es otra cosa.
Así que, entre la colonia hispánica, nos resistimos a dejarlo pasar, y por la noche todos con pañuelo rojo y bebiendo sangría casera.
Como tampoco me pude resistir a llamar para recordarte que ya tienes 50. Y muy bien llevados.

Iruñea 6 de julio - Piperrak

6.7.09

Apertura

(Día 178)
La Paz.- La tensión vivida ayer en el final del Apertura boliviano todavía sigue en mí. En sólo cinco minutos, dos equipos fueron campeones. Real Potosí tuvo ese tiempo para sentirse triunfador, notar en sus cuerpos la alegría de la victoria, hasta que un brasileño, llamado a ser la estrella de su equipo y que hasta el momento su juego fue lamentable, anotó el primer y único gol de la temporada en el 94, y Bolívar se coronó campeón.
Hasta que esta mañana, el colista, Real Mamoré, impugnó su derrota contra los "celestes", y hasta dentro de unos días (siendo Bolivia, pueden ser meses), no se sabrá nada del que guardará un título en sus vitrinas.
En deseo totalmente personal, y que no sirva de precendente, quiero que gane Real Potosí, el Madrid boliviano. Porque, si lo hace, ganaré un silpancho.

Endless song - AaRON

5.7.09

Cereales

(Día 177)
La Paz.- Nunca fuí de tomar cereales, ni para el desayuno, ni para la merienda, ni para picar entre horas cuando la pereza de la cocina entra en uno y prefiere algo rápido y adictivo que abrir la nevera y ver qué narices comer.
Pero tenía ganas de cambiar, así que ayer en el supermercado fuí directo a la sección de desayuno en busca de cereales. Evidentemente, siendo Bolivia, la variedad escasea, al menos en ese súper.
Eso no hizo que siguiera la norma básica para comprar cereales. Compré los que prometen tener más chocolate que nunca y que, además, te regalan un coche de color rojo. Eso sí que es una buena compra

Mayonesa - Chocolate

4.7.09

Tour

(Día 176)
La Paz.- Y hoy empezó el Tour.
Tardes tras el almuerzo en el sofá, pegado en el asiento por el sudor y con su siesta programada para despertar en el momento justo de la llegada a meta y poder charlar del buen momento de tal y de la pájara de cuál.
Pese a la distancia, me resisto a dejar pasar a velocidad de vértigo el mejor espectáculo del ciclismo. Las etapas llanas, con mirar la clasificación y el sprint en el resumen de los telediarios ya tengo suficiente, pero las de montaña no. Eso nunca. Aunque tenga que desayunar más temprano para seguirlo más despierto o abrigarme por el frío de las mañanitas de La Paz.
Hoy empezó el Tour. El de Francia, claro. El mío por Bolivia está por empezar, pero pronto estará en sus pantallas (de ordenador).

Enero en la playa - Facto Delafé y las flores azules

3.7.09

Tripa

(Día 175)
La Paz.- La cena de ayer empieza a hacer efecto en mi tripa. A saber si fueron las croquetas de jamón, las de gamba, el pedazo de tortilla de patatas, o las "no recuerdo el nombre" de cortesía de la casa servidas en un tipo raro de concha. Pero lo único que sé es que mi estómago, de nuevo, está en revolución interna. Dos viernes consecutivos. Tendría que cuidarme más (de lo que ya hago, mamá, te lo aseguro).

Tortilla - Manos de Topo

2.7.09

Aburrido

(Día 174)
La Paz.- Con todo el mundo mirando hacia Honduras desde hace cuatro días, la poca gente que estaba atenta a Bolivia se ha reducido como las temperaturas invernales del país. Así, el ritmo de trabajo en la oficina ha bajado de forma drástica, y el aburrimiento, por este y otros motivos, se ha hecho el protagonista de mis últimas jornadas. Y eso, además, repercute en todo el día, ya que las ganas de hacer cosas, como siempre limitadas, están bajo cero.
Suerte que todavía hay ganas de jugar a la peste alta, cantar números de facturas o dejarme pintar las uñas o cortar el pelo. Renovarse o morir.

Hips don't lie - The Fray

1.7.09

Humo

(Día 173)
La Paz.- Empieza julio y, tras el escrito de ayer, decido que a partir de ahora todo va a cambiar.
Sí, un cambio radical que forma parte de mi inestabilidad apasionante, pero que estoy decidido a llevar a cabo hasta sus últimas consecuencias. A partir de ahora, habrá que afrontar lo que se venga por delante con la máxima resignación posible en caso de que sea totalmente monótono, y con el máximo entusiasmo en el resto.
Y que el pasado deje (gradualmente) el humo atrás, aclarando la vista y lo que venga por delante.

Fum - Lax'n'Busto