19.5.09

Regreso

(Día 131)
La Paz.- Confieso que tenía ganas de volver a La Paz. Como ya he dicho anteriormente, la ciudad tiene algo que hace que se extrañe, que se tenga la necesidad de volver. Aunque ahora la situación es diferente.
No sé si es mejor o peor, pero es. Y la verdad es que la vuelta ha sido mejor de lo que esperaba. El descanso, el alejarme por diez días de la rutina impuesta, ha servido para mucho. Tengo más energía, dicen que más alegre aunque yo no lo note así, aunque yo no lo sienta así.
Pero la verdad es que sí, he vuelto. Y pese a los percances de la vuelta, retornar a mi habitación, a las calles ya conocidas, a la gente que llevo viendo desde hace meses, da una seguridad que, ahora, necesito. Porque sigo viendo mi futuro complejo, lejano, quizá más que antes de irme. Y tener algo conocido, más o menos seguro, es un motivo de alivio.
Me doy cuenta que, en la maleta, me faltan cosas. Igual que cuando voy de viaje tengo la sensación de dejarme cosas, ahora a la vuelta también. Quizá porque no cabían en la maleta, o porque (en este momento) eran imposibles de llevar a La Paz.

De vuelta y vueltaJarabe de Palo

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