29.10.09

Desierto

(Día 293)
Uyuni.- Estar en medio de la nada es una sensación única. El silencio sólo se rompe al paso de un todoterreno lleno de turistas, o con un camión con mineros que van a sacar litio de debajo de la sal de Uyuni.
El blanco lo domina todo. El horizonte ni se divisa, y solo una débil franja celeste marca el límite entre el cielo y la tierra. A partir de allí, el azul es increíble, vivo como nunca visto.
El suelo está sorprendentemente firme, y casi nada rugoso. No parece sal, la verdad. Sólo su color blanco y su gusto salado confirman el cloruro sódico que está bajo los pies.
Escribir sobre el Salar de Uyuni me parece una aberración. No hay palabras que lo puedan describir. Es una cosa que hay que ver. Realmente un desierto de sal, ahora lleno de litio que tiene que convertir a Bolivia en una potencia industrial mundial, en la nueva era de lo que tiene que ser Sudamérica.

Dolça és la sal - Lax'n'Busto

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