17.4.09

Guardia

(Día 99)
La Paz.- Las horas pasan lentas en un juzgado de La Paz. Te avisan que a las 17.30, hora local, van a llegar los supuestos terroristas que tenían en "caos a la sociedad boliviana", algo totalmente ilógico dada la tranquilidad y la parsimonia de los bolivianos; no es lo mismo con su tránsito y la vida en la ciudad. Y, precavido, llegas media hora antes, para agarrar un buen sitio y verles de cerca, con la opción de escupirles, insultarles hasta la locura. No por terroristas, sino por hacerte trabajar tanto.
Antes, hay un juicio a un tipo del que sólo sabes su apellido, realmente llegas sin saber de qué va el caso, pero tienes que estar atento por si acaso. Parece que era un pez gordo del Gobierno, y eso siempre vende.
Entras y sales de la sala como
dos cientas cuarenta cinco veces. Te sientas, te levantas, subes y bajas escaleras. Hablas, callas, escuchas. Te desesperas.
Pasan las horas sin que los terroristas aparezcan, ya que el juicio anterior se eterniza. Oyes vocablos jurídicos, de esos que cuando eras pequeño odiabas porque no entendías, y ves que todo te queda demasiado grande. Y buscas un aliado, que vaya armado con libreta anotada y bolígrafo en mano, y le preguntas qué pasa, y te lo cuenta con las mismas palabras raras que oyes en el juicio. Ahora sí que te desesperas. Pero sigues, al pie del cañón, haciendo
guardia. Por si acaso.
I les hores van passant. Estàs com a cansat, i no saps el que fer, i et quedes fixat, i et trobes molt sol, el soroll s'esvaeix, mires al carrer i no hi ha gaire gent.

Vespre - Els Pets

1 comentario:

eloy urarte dijo...

Quier espera desespera.