26.6.09

Madrugar

(Día 168)
La Paz.- Que la vida del periodista no entiende de horarios, se acepta. Que el Evo llame a rueda de prensa a las siete de la mañana, se acepta. Que tengas que levantarte a las 05.30 para prepararte un poco y no llegar con cara de zombie, se acepta. Que te pongas lo primero que encuentres tirado por el suelo porque, obviamente, te dormiste, se acepta. Que salgas a la calle, con un frío del carajo, y tengas que ir a la oficina para ver las últimas noticias, se acepta. Que vayas en taxi y sólo suene reggaeton, aunque sean las siete menos cuarto, se puede llegar a aceptar. Que llegues a Palacio y los colorados te digan que no se puede pasar, aunque lleves la credencial, y veas que los bolivianos pasan por delante de ti, se acepta. Que subas corriendo las escaleras, después de pasar el rutinario y ya conocido control de seguridad, y que no tengas sitio para poner tu cámara de videoaficionado, se acepta.
Que aparezca el Evo, a las 07.04, hable durante diez minutos sobre el pago de la deuda a los textiles bolivianos por parte de Venezuela, y se vaya... es motivo de otro plante, creo.

La luz de la mañana - Facto, Delafé y las flores azules

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