(Día 80)
La Paz.- Tras (casi) tres meses en el mismo departamento, y otras cosas que no vienen al caso, la independencia gana su batalla.
Mi nueva morada es grande, dos pisos. Sólo hay que decorarla al gusto. Lavadora, cocina y cubertería están incluidos.
Y hoy, aprovechando que no tenía nada mejor que hacer, hice la mudanza. Llegué con dos maletas: ya llené tres. La habitación es grande, con luz entrando por dos grandes ventanales. La cama, si no tuviera cabezal, sería perfecta. Los placards, con puertas con espejos. Me sobra espacio para lo que necesito. Pero el baño está dentro del cuarto.
Haré enmarcar los afiches que traje de Barcelona. Y pondré también el de la defensa de la coca, así pequeñito.
Y tendré que cocinarme, lavarme, plancharme. Nada de cholitas que hagan el trabajo sucio: el precio que hay que pagar por la independencia. Aunque podría hacerse y seguir sintiéndose independiente; pero no sería lo mismo.
Para esta pequeña mansión firmé mi primer contrato serio de mi vida. Nueve meses más, tengo que estar aquí. Espero conseguirlo.
Ahora hay espacio de sobras, y el departamento es mío. Para venir sólo hay que avisar con antelación. Para lavar sábanas y todo eso.
La Paz.- Tras (casi) tres meses en el mismo departamento, y otras cosas que no vienen al caso, la independencia gana su batalla.
Mi nueva morada es grande, dos pisos. Sólo hay que decorarla al gusto. Lavadora, cocina y cubertería están incluidos.
Y hoy, aprovechando que no tenía nada mejor que hacer, hice la mudanza. Llegué con dos maletas: ya llené tres. La habitación es grande, con luz entrando por dos grandes ventanales. La cama, si no tuviera cabezal, sería perfecta. Los placards, con puertas con espejos. Me sobra espacio para lo que necesito. Pero el baño está dentro del cuarto.
Haré enmarcar los afiches que traje de Barcelona. Y pondré también el de la defensa de la coca, así pequeñito.
Y tendré que cocinarme, lavarme, plancharme. Nada de cholitas que hagan el trabajo sucio: el precio que hay que pagar por la independencia. Aunque podría hacerse y seguir sintiéndose independiente; pero no sería lo mismo.
Para esta pequeña mansión firmé mi primer contrato serio de mi vida. Nueve meses más, tengo que estar aquí. Espero conseguirlo.
Ahora hay espacio de sobras, y el departamento es mío. Para venir sólo hay que avisar con antelación. Para lavar sábanas y todo eso.
Nos estamos mudando - Kiko Veneno
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