(Día 75)
La Paz.- Al frente del edificio de la universidad, en una de las principales vías de la ciudad, se encuentra una pequeña tienda iluminada con luces de neón, al estilo de los más cochambrosos moteles de las películas americanas. Se puede leer Donuts, con letras rojas parpadeantes, pese a que la o parpadea más que el resto de letras.
El olor a rosquilla inunda la pequeña tienda, que tiene múltiples sabores de donuts caseros. Es imposible resistirse, al menos, a comprar para probar. Y, cuando sales a la calle, y todo el azúcar glaseado se pega en la comisura de los labios, ves que esa es probablemente la mejor merienda de lo que llevas en la ciudad. Y piensas que, quizá, tendrías que haber probado el de chocolate, y no conformarte con uno clásico.
La cobardía pudo contigo. Como casi siempre.
La Paz.- Al frente del edificio de la universidad, en una de las principales vías de la ciudad, se encuentra una pequeña tienda iluminada con luces de neón, al estilo de los más cochambrosos moteles de las películas americanas. Se puede leer Donuts, con letras rojas parpadeantes, pese a que la o parpadea más que el resto de letras.
El olor a rosquilla inunda la pequeña tienda, que tiene múltiples sabores de donuts caseros. Es imposible resistirse, al menos, a comprar para probar. Y, cuando sales a la calle, y todo el azúcar glaseado se pega en la comisura de los labios, ves que esa es probablemente la mejor merienda de lo que llevas en la ciudad. Y piensas que, quizá, tendrías que haber probado el de chocolate, y no conformarte con uno clásico.
La cobardía pudo contigo. Como casi siempre.
Breakfast in America - Supertramp
No hay comentarios.:
Publicar un comentario