(Día 254)
La Paz.- Pese a que prometí que este mes aprovecharía los fines de semana para salir, conocer, descubrir y tantas otras cosas, no tengo ganas. De hecho, me he convertido en un ser totalmente casero, que no quiere salir del reducto conocido. Hoy, de hecho, casi no me levanto de la cama si no fuera porque tenía que comer algo.
He cambiado tanto que, lo que antes era habitual, ya no lo es. Quien más o menos siga este humilde dietario, verá que hace demasiado tiempo que hay dos libros en mi mesilla de noche. Pero es que no tengo ganas de leer. Ni de escribir, ni de andar, ni de salir, ni de nada. Simplemente, difrutar del paso lentísimo del tiempo, hasta que vuelva a aparecer un lunes de oficina que de entrada a una semana de monotonía, que culmine en un viernes insulso y preludio de un fin de semana de cama y sueño.
We are all accelerated readers - Los Campesinos
La Paz.- Pese a que prometí que este mes aprovecharía los fines de semana para salir, conocer, descubrir y tantas otras cosas, no tengo ganas. De hecho, me he convertido en un ser totalmente casero, que no quiere salir del reducto conocido. Hoy, de hecho, casi no me levanto de la cama si no fuera porque tenía que comer algo.
He cambiado tanto que, lo que antes era habitual, ya no lo es. Quien más o menos siga este humilde dietario, verá que hace demasiado tiempo que hay dos libros en mi mesilla de noche. Pero es que no tengo ganas de leer. Ni de escribir, ni de andar, ni de salir, ni de nada. Simplemente, difrutar del paso lentísimo del tiempo, hasta que vuelva a aparecer un lunes de oficina que de entrada a una semana de monotonía, que culmine en un viernes insulso y preludio de un fin de semana de cama y sueño.
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